El trabajo consistía en elegir una prenda de ropa y separarla en piezas, de tal manera que con ellas
pudiéramos realizar una nueva vestimenta. La idea fue siempre buscar rigidez, de esta manera se usó alambre para poder conseguirlo. Al principio fue el concepto de miriñaque el que más me cautivó:
Fue con la estructura ya construida cuando noté mi error, la tela a usar era demasiado pesada (pantalón vaquero) por lo que precisaba de un soporte mucho más rígido y complejo o de otra tela, además de que la prenda necesaria habría de ser de mucha más superficie.
Por este motivo y haciendo uso de las referencias dadas en clase me inmiscuí en el mundo de Issey Miyake, quien aporta una nueva e increíble visión de la moda (al menos antes mis ojos de novata). Sus diseños son el punto de convergencia entre lo estático y el movimiento.
En ello me basé, aprovechando la forma original de la prenda y su peso, de tal manera que añadiendo elementos estructurales y volviendo a ordenar las piezas diese con el resultado:
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